Revelando recuerdos.

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sábado, 28 de agosto de 2010

Lunas enlutadas


Décadas de prófugas historias
besan cada rincón de estas paredes
y en insólito ritual
desprenden en cada poro de cal
lágrimas ,besos sin brújula,
millones de penas
y el don flemático de la perpetua espera.

Y me hablan de añiles días
donde contaba las horas
en el pasillo de una gloria
a punto de fundir la gélida sajadura
de mi obtusa memoria.

Y días, que grises
tañían al compás de una sórdida danza
entre tu petulancia enhiesta
y mi malherido orgullo.

Tres décadas de historia que araño
intentando redimir los restos del naufragio
en este océano insondable
dónde un miserable tritón
devastó
los quebradizos cimientos de un amor
a la diestra de un paraíso
impregnado de putrefactas manzanas.

Y tan sólo, una abrupta sombra
que chinesca preña mis paredes
y como mal presagio
de mí se burla
cual bufón en una corte siniestra.

Es mi sombra...
enseñando sus fauces ajadas.
(Culmen soberano de mis soledades)

Y cuando el ocaso, peina mis pupilas
echo el cerrojo
a un crepúsculo abierto a las evocaciones.
Y quedó a solas tras la puerta de mi pasado
sobre el ventanal con vistas a una nada
que me hablan de lo efímero de los sueños.

Echo el cerrojo
por si en medio de estas enlutadas noches
de lunas sonriendo a mis desdichas,
entrase en mi cuarto un desconocido.
No me hago a la idea
(mi amor de tres décadas.)
de que tú ya te has ido.

jueves, 26 de agosto de 2010

Descuidos.


 
Esta penumbra
de código indescifrable
advierte de la acampada de otro ocaso
en las raíces de mi cama.
Ha caído otra noche de bruces
como un sol descabellado
sobre el asfalto enmohecido.
Y de nuevo,
he olvidado
que debería dejar
una huella de sutil coherencia
entre lo deseable
y lo tangible
en las suelas de mis zapatos.
Y asciendo a la cúspide del sueño
con la boca llena de agónicas promesas
las manos vacías
y la mente maniatada por la tiniebla
de esos espectros
que se nutren de mis descuidos.

lunes, 23 de agosto de 2010



Cuando no queda nada que perder
la noche
humedece las luces vespertinas.
Ánimas enjuagando lágrimas;suspiros sin soles
encaramados a nucas yertas.
Y se juega
en el borde del espanto,
a vender almas
a los mercaderes del sometimiento.
Cuando no queda nada que perder
se diluye el miedo a la muerte
entre la solemnidad del miedo a la vida
engullendo diáfanas horas
y se vive muriendo.
Tras una bambalina desgarrada
serpentea el hostil aplauso de la desidia.
Y en la ruleta rusa de la existencia
tan sólo queda una bala
para desollar el desgarro
que abriga la palabra
perdedor.

jueves, 19 de agosto de 2010




Para las carroñeras de almas, en busca de carnaza.

Algunas amistades
son como la luna llena.
Cuando conocen todos tus secretos
en arropadas noches bajo su manto
menguan y
desaparecen.

domingo, 15 de agosto de 2010

Aguijones.





Cerrado por vacaciones:
Vuelvan cuando estén muertos.
Coger cadáveres con palas, moviliza un poco más.

Aguijones.




Tiene Usted derecho a permanecer en silencio.
Cualquier cosa que usted diga, podrá ser utilizada en su contra:

Nada nuevo...
eso ya es una constante en mi vida.

viernes, 13 de agosto de 2010




Libertad.

No hay olvido que no se cobre
su fragmento de recuerdo.
Ni memoria que no olvide
sus minutos de gloria.
Ni existe libertad que olvide
la pena negra de la memoria.

jueves, 5 de agosto de 2010


Brazos.

Ya no quedan alas...
ni brazos
para extender en esta cruz de espinos.
Ya es tiempo de morir de brazos cruzados.
O de vivir
con los ojos bien abiertos
las manos entrelazadas
las piernas cerradas
y nunca más
con las espaldas mojadas.

lunes, 2 de agosto de 2010

Etérea.




Mysterium Magnum( a Sara).


Tu recuerdo se abstrae en lo etéreo
diseminando
aromas de una casa que en ruinas
acoge los deshechos del último adiós.
Semilla de un Edén repoblado
de ángeles caídos
son tus pupilas.
En tu boca anida el albar de lo incorpóreo,
del génesis
y la consumación del indómito instante
en una ambigua perpetuidad.
Perteneces al viento, y al fuego que abrasa
el discernimiento
de los registros akasicos.
Desciendes a un averno estrellado
para cargar tu cruz de recuerdos
y retornar al crisol de la oscuridad.
!Cuánta muerte en el alma
arrullas!
Tu recuerdo
es incólume nácar de un infinito alado
cuándo te vas,
o roído yunque de muerte
dónde se maquilla el ocaso
cuándo tú estás.