Revelando recuerdos.

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jueves, 25 de febrero de 2010

Ese frío enero



Cuando muere la esperanza
me sumerjo en un abismo
de lúgubre misticismo
y con certera templanza
recuperar la confianza.
Aquella que sin querer
perdí en un atardecer
que un frío día de enero
al resguardo de un bolero
anido dentro del ser.

Que ya nada me motiva
ni ese silencio que antaño
de mi lágrima era paño.
Ese silencio que esquiva
a mi me mantenía viva.
Lo he buscado entre los muros
de capiteles oscuros,
perforando mis sentidos
en mis tímpanos zumbidos
del silencio a la deriva.

En la sonrisa de un niño
una brizna de esperanza
que sostenga la semblanza
de la mirada ese guiño
impregnado de cariño.
Y desprendían la nada
de la orfandad de mi arcada.
Rebusco entre las basuras
donde perdí mis venturas
que ya ni un niño me agrada.


He buscado la esperanza
en las flores del cerezo
que del prado es aderezo.
He defendiendo a ultranza
primavera en su bonanza.
Solo he hallado hojas yertas
entre mis horas inciertas.
Sopor del hedor que emana
de esta tiniebla mundana
entre mis manos desiertas.

Y busco sin encontrar
quien me arrebato la alegría
que por mis venas corría.
Y me vuelvo a recostar
sin abriles encontrar.
Quebrantada el alma mía
del susurro que gemía
arrancándome el aliento
que por no sentir ni siento,
eso que antaño temía.

Vivo cautiva en mis rejas
entre áureos barrotes
henchidos de esos quijotes
que si ver molinos dejas
después no admiten las quejas.
Y esos sepulcros blanqueados
desde mi templo infiltrados
que me venden como a Cristo
beso de judas y listo.
¿Del débil? días contados.

Grito al viento mi lamento
y solo percibo ese eco
adentrándose en el hueco
de mis manos el intento.
Escurriendo ese momento.
Plañideras son las voces
deslizándose veloces
por mi corazón marchito
que el frío enero fortuito
de pena inundaron goces.

domingo, 21 de febrero de 2010

Ser roble o matojo.




¿Por qué plañe la sorda necedad
asolando agostada vuestra mente
dotando de firmeza concluyente
al roble machacado sin piedad?

¿Acaso no se plasma en mi heredad
los rasguños del fuste que doliente
me marcan desollando fieramente
mis carnes y mis noches en frialdad?

cuan pobre es la semblanza que troquela
el yugo del ególatra arañando
en el barro los árboles que cela;

soy brizna de matojo con cautela
pues quien hace de roble renunciando
acaba siendo leña de quien vela.

domingo, 14 de febrero de 2010



Se contrajeron las palabras
cuando la realidad paso
a la altura de nuestros ojos
con su lasciva mirada
de secretos.

La realidad
se vistió de un tul purulento
y bailó para nosotros su ancestral balada
en un paraíso desnutrido
opacando nuestras horas.

Y en el cadavérico ritual de un macabro
desconcierto
copuló nuestros injertos pactando
con Dios un fragmento de averno
y urdiendo con el diablo
un Edén repoblado.

En los camastros de la escoria
desvirgó nuestros credos
desoyendo
los argumentos que abrigaban
nuestra verdad reinventada.

La realidad
se nos echó encima
como un segundo rezagado en el minutero
cubriendo nuestras horas con su túnica
de sacras filantropías
que insolentes y dominantes
nos poseyeron.

La realidad
nos enseñó sus fauces amarillentas.
Y empapados en sus cloacas
nos embriagó de verdades
reventando en nuestro semblante
las fatuas utopías donde cobijamos
nuestra pusilánime existencia.

La realidad
pasó a la altura de nuestros ojos...
Y solo acertamos
a lavarnos las manos
en un sordo intento
de esclarecer nuestra obtusa conciencia.

jueves, 11 de febrero de 2010


El beso de la aurora.

En algunas ocasiones
la aurora
nos roba un beso por sorpresa,
pueril y traidora
nos destapa su rostro mas afable
pintado nuestros labios
de pasional carmín escarlata.

Y surcamos los bulevares
con la pletórica emanación
de un áurea que divina
acoge el trasluz de nuestra sombra.

Ahuyentando la umbría del desamparo
a cada paso
en cada rincón
en cada cántico
en cada esquina.

En algunas ocasiones
la aurora
un beso
nos viene robando...
y el sol de mediodía
con su génesis supremo
el púrpura de nuestros labios
va eclipsando.

Y mientras el día
en su cabalgata de matices
va pasando
el inclemente y gélido crepúsculo
de un amargo color cetrino
nos los va marchitando.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Mar de nubes.


A veces ,sólo a veces.

A veces
( sólo a veces)
deambulo por la cúpula celestial
de puntillas y sigilosa
circundando la incertidumbre.

Recrearme en la consumación
del génesis de sentirse único y soberano por un sutil instante.
es como cortarle las alas a una gaviota
reclamando que al vuelo se lance.

He caído tantas veces de las cuarteadas nubes
mientras paseaba sin recato
que ya
apenas subo
pues con cicatrices en el alma y sinsabores ingratos
siempre acabo.
Y ahora…
a mis anhelos yo he puesto muros
y cancelas en las suelas de mis zapatos.